Marcelo Piccini Teresa
Tengo luz que me estrella en jaque a la verdad
mirando desde una persiana en madera sin pintar
son dos ojos que me penetran como si fuera un cristal
ojos de Calcuta, candelas de eternidad.
Desde una estampita gastada de colgar
Teresa espera porque al sueño sea su oportunidad
y ya cuando la luna alumbra, parte en rapsodias de mar
la Madre se escapa, otra vez sale a caminar.
Despierta en los niños que mueren sin edad,
pasa y cambia piedras en hogazas de pan,
duerme entre Bagdad y armas de la OTAN
toma las manos a un preso que al momento ríe en libertad.
Vuelve ya Teresa, es de día en la ciudad,
vuelve ya a la misma persiana que aún sigue sin pintar,
pero hoy sé bien que cuando las noches se perfumen de azahar
podré verla en vela yendo por la humanidad,
despertando en niños que mueren sin edad,
cambiando las piedras en hogazas de pan,
tengo luz que me estrella en jaque a la verdad,
mirando desde una persiana en madera sin pintar,
tengo más que una luz, otro sol.

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